sábado, 5 de abril de 2014

Pisa ataca de nuevo

Extracto del artículo publicado por el profesor Antonio Aramayona en su blog "La utopía es necesaria" (4-4-2014):
 
"El Informe Pisa vuelve a suspender al alumnado español por no saber resolver problemas prácticos (vg. buscar el itinerario más corto en una línea de metro o programar un aparato de aire acondicionado). En toda mi vida de profesor he encontrado, sin embargo, una realidad que poco o nada tiene que ver con lo que parece asegurar Pisa: muchachas y muchachos despiertos, espabilados, con ganas de vivir y con verdadera curiosidad por conocer si lo que había en clase movía su atención y su interés, casi siempre traducido y aplicado a sus vidas.

Al mismo tiempo, eso sí, procuraba que ellas y ellos pensaran y hablasen también sobre tanta gente adulta y joven en el mundo que no tiene metro ni autopistas ni carreteras, sino solo un único camino embarrado y empinado de varios kilómetros para ir y volver de la escuela (cuando la tienen), o sobre tanta gente en el mundo  que desconoce qué es eso de un aparato de aire acondicionado. Procuraba igualmente que ellas y ellos indagasen el precio del billete de metro madrileño y su relación directa con los ingresos de un parado, de un estudiante medio o del salario mínimo interprofesional. O, en fin, la contaminación creciente del planeta Tierra y el aumento del agujero de la capa de ozono debido, entre otras cosas, a estos aparatos de aire acondicionado.

Estoy de los Informes Pisa hasta el gorro, pues sus cuestionarios suelen reflejar e inculcar el modo de vida, las necesidades y los intereses de una minoría rica (“desarrollada”, se autodenomina: ¿qué desarrolla y qué no desarrolla realmente?) que da la espalda a la mayoría de la población española y mundial. Los medios de comunicación, en su inmensa mayoría propiedad de esa minoría rica e instrumento manipulador al servicio de sus intereses, se limitan a recalcar lo mal que va la educación (¡ahora también en el ámbito práctico de la formación de l@s niñ@s y jóvenes que acuden a las aulas!). Entretanto, silencian los criminales recortes (¡ajustes!, los llama el Gobierno) perpetrados en educación y en enseñanza.

Los señores de Pisa, los Ministerios y las Consejerías autonómicas de Educación confunden dos cosas complementarias, pero distintas. Sin duda, para vivir, para ganarse profesionalmente la vida digna y honradamente, para moverse en la sociedad actual, el alumnado debe aprender mucho y bien (sobre todo a pensar, a cuestionarse y a buscar), pero eso no agota el saber, el verdadero conocimiento, sino que, por el contrario, el conocimiento y el saber alcanzan un nivel que supera el mundo de las necesidades utilitarias. El problema estriba en que los dirigentes y gobernantes en el mundo educativo ignoran (no solo desconocen, sino que también ignoran) la necesidad de que salgan de las aulas (desde Infantil a la Universidad) personas libres, cultas, inquietas, críticas, autónomas, dueñas de sus vidas, solidarias, vacunadas contra las supersticiones y las falacias, en busca permanente de su propia utopía.
El saber, antes de poder ser dividido en teórico y práctico, es en cualquier caso formador y humanizador: contribuye a formar esa clase de personas, las enriquece, humaniza al mundo y a la vida, hace que todos y cada uno de los seres humanos necesiten la libertad y la igualdad como condición ineludible de su felicidad. Si la escuela no busca y hace eso, ¿para qué la escuela? ¿De qué escuela estamos hablando? ¿La escuela de Pisa, de Wert, de Serrat?"
 

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